viernes, 2 de julio de 2010

La vuelta a la manzana


Esta foto es del 25 de enero de 1968, de pie mi prima Puri, mis hermanos Toni y César, en el cochecito mi prima Ani y yo, el Txiqui, con dos años y medio con mi coche. Es muy probable que la foto la hiciera la señora Araceli, la fotógrafa del barrio que casi siempre llevaba la cámara colgando los días de fiesta, cuando nos vio por casualidad dando la vuelta a la manzana, porque esa esquina es la de La mare de Déu del Remei con Fonthonrada y ella vivía enfrente. La Puri casi seguro que llevaba el cochecito de Ani, o se turnaba con Toni, en esa vuelta César cogió el patinete y yo mi coche. El coche tenia una especie de estribos en vez de pedales y si te “embalabas mucho” bajando por Lleida, expresión que utilizaba mi madre, tenías que sacar los pies de los estribos porque sino te los golpeaba. Sin embargo el sistema me gustaba porque podía hacer el cambio de marcha adelante a marcha atrás bloqueando las ruedas con poco esfuerzo y eso me permitía hacer unos aparcamientos superprecisos y bastante rápido en el portal del 41, justo al lado del bar. La plaza de aparcamiento parecía hecha a medida de aquel coche y me gustaba mucho practicar la maniobra, hasta que un día haciendo marcha atrás aparcando, “atropellé” a la señora María, la cosa no tuvo más consecuencias que unos moratones en las espinillas de la señora pero el coche acabó sus días en Valldoreix.

El patinete de Toni, eso sí que era una máquina high-tech, tenia unas ruedas de balón ancho supervirgueras para la época y freno posterior. Con ese patinete experimenté por primera vez la sensación de velocidad. El Toni me hacía sentar en la plataforma y poner los pies en las tuercas del eje delantero y yo me agarraba donde podia, o sea en el tubo gordo donde iba encajado el manillar y así, sin más, se lanzaba por la acera hacia abajo conmigo sentado a ras de suelo. La sensación llegando a la curva de La mare de Déu del Remei, antes Vírgen del Remedio, delante del taller del Pepito el fuster al entrar a ciegas era lo mejor, ya salieno de la curva, seguía con cierta inercia más tranquilo hasta Fonthonrada donde ya tenia que impulsar el patinete para ir subiendo la calle hasta la França, donde me hacía bajar porque la pendiente era importante y ya estábamos de vuelta delante del bar. ¿otra vez?

No hay comentarios:

Publicar un comentario